sábado, 23 de febrero de 2013

Y se rieron de mí, ¿cómo iba a ser la música mi mejor amiga?

Y yo les contesté que ni las personas me daban lo que ella me da, que si lloraba, lloraba con ella, que si reía, era cantando, que si era feliz, encendía la radio, que si se me rompe en mp4 me desespero, que sin música me aburro, que ella no me habla pero me comprende, que no la tengo que aguantar cuando se pone pesada porque la apago, que me dice lo que quiero oír, que me relaja cuando lo necesito, que me desenfrena cuando hace falta, que me enseña que las cosas no van como queremos, que la vida tiene cosas malas pero tranquila, porque no hay montaña tan alta para que yo no llegue a ti, que la función debe continuar, no debes preocuparte porque cariño, tú eres bonita, en cada simple gesto, que tu hombre nació para quererte con cada simple latido de su corazón, que no te preocupes tanto por envejecer, porque mirarás atrás y dirás: lo hice a mi manera.


Y así es como la música tiene una canción para cada momento.

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