sábado, 6 de octubre de 2012

Abrazada a tu manto

.



- Abuela, cántame esa canción otra vez. ¡Estando el cocodrilo...!
- ¡Y el orangután!
- Dos jóvenes serpientes...
Los labios de África temblaron. Sus ojitos, nerviosos, buscaron a una mujer de cuarenta y dos años que en siete segundos asomaría por la puerta del salón. 
- Nena, ¿qué haces?
Como si un chaparrón de agua cayera sobre la abuela que ya no tenía manta, que ya no tenía voz. Era plástico transparente que se envolvía y luchaba contra la corriente de aquella habitación. Simplemente aire, y espíritu. Pensamientos y recuerdos, sentía que su corazón latía poquito, pero que cada vez que alguien la recordaba latía más rápido.
- Nada, mamá. - La pequeña sonrió y se alejó saltarina del brazo del sofá donde un minuto antes insistía en cantar una canción con su abuela.
- ¿Dónde está papá? - La mujer castaña dejó su abrigo sobre la silla donde solía sentarse para comer y dirigió una mirada cansada hasta el ventanal que se situaba a pocos metros de ella.
- Dormido. Me ha hecho la merienda y se ha dormido, mami. He merendado cereales, ¿Mañana también puedo?
- No, son para desayunar. Anda que tu padre se ha esmerado. ¿Te has lavado los dientes?
- Sí ¡Todos, mira! - La pequeña sonrió efusivamente delante de su madre mostrando unos diminutos dientes de leche resplandecientes.
- Muuuuy bien. - La madre se agachó hasta quedarse en cuclillas delante de su hija, que la miraba con satisfacción  - ¿Y qué más...?
- Pues... - África volvió la mirada al sofá, ésta vez sus ojos no estaban temerosos, sino alegres, sonrientes. A la abuela le pareció que ella también podía sonreir. - también he rezado.
- Estupendo, ¿y de quién te has acordado?
- De la abuela Marta.
- Muy bien, nena. Seguro que está contenta de que nos acordemos de ella. Vamos a jugar en tu cuarto, ¿vale? - Y anduvieron hasta la habitación de la pequeña, pero justo antes de llegar al pasillo África se giró, situó un dedo entre sus labios y susurró; Shh, estamos jugando a los secretos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario